lunes, 9 de noviembre de 2020

    Desde que empecé esa etapa de la vida en la que te vas dando cuenta de que tenés que formarte y construirte como persona, he estado intentando ser lo mejor posible,  seguramente no llegando a estar ni cerca de terminar de ser una buena persona (aunque tengo que admitir que todavía no pude descifrar cómo es exactamente una), pero sí que he logrado estar cerca de una versión que me guste de mí.

    A pesar de ser algo muy pavo y no ningún descubrimiento novedoso lo que voy a decir, hace un tiempo me dí cuenta de que yo solía pensar que en el camino de construirte había una sola dirección y era hacia delante. La verdad es que no. Hoy por hoy me encuentro desconociéndome, o conociéndome, en una versión que no me termina de convencer y siento que es un retroceso, una desconstrucción. Es difícil dimensionar la idea de que no podemos tener el control absoluto sobre nosotros mismos. Y si bien en general creemos que ya nos conocemos, siempre está la posibilidad de que un día te despiertes dándote cuenta que estás haciendo las cosas diferentes, pensándolas de otra manera, sintiéndolas de otra forma. Y a veces es hermoso, y otras significa todo un duelo por perder esa comodidad en la que ya estabas apoyado.

    No siempre nacer de nuevo significa hacerlo de una forma ideal como pienso que es la costumbre creer. En algunas ocasiones siento que tengo que volver a conocerme y volver a aprender muchas cosas como si arrancara prácticamente de cero. ¿Qué quiero? ¿A qué aspiro? ¿Qué me gusta y qué no? ¿Cómo reacciono ante las distintas situaciones que vivo a diario?

    Es frustrante sentir que ya no estás del todo cómodo en la estructura que tenías, y esa sensación fea es el choque que viene a quitarnos esa seguridad de que nos conocemos por completo, esa fantasía de que por ser nosotros mismos, vamos a saber descifrarnos sin cometer errores. 

    Las únicas dos cosas que podemos tener por seguro que jamás van a cambiar son la muerte y, aunque sea paradójico, el cambio. El mundo y todo lo que habita en él están diseñados para ser víctimas de la insconstancia de forma constante, otra paradoja. Donde un segundo puede marcar el fin de algo inmenso, donde nace una flor que ya no va a florecer del mismo color, donde se abre el curso de un río que algún día va a cerrar y donde desaparece una especie dándole lugar a una nueva versión que se adapte a las nuevas condiciones en las que le toca vivir. ¿Qué nos hace pensar que vamos a escapar de eso?

jueves, 10 de enero de 2019

Hamaca

De vez en cuando esbozo una sonrisa, una tan inteligente y veloz que llega, casi imperceptiblemente, unos microsegundos antes que el recuerdo. Un recuerdo que siento que me cuelga del corazón y se hamaca, y pesa tanto, es tan grande, que se hace tangible y cobra vida.
    De la nada esa sonrisa es acompañada por un par de lágrimas que le quieren quitar el protagonismo, pero no lo consiguen. Las dos juntas logran volver imagen la perfecta y simétrica combinación entre lo que duele y hace feliz.
    No quiero olvidarte, y odio saber que mi condición humana me va a obligar a tarde o temprano dejar de recordar tu voz, los detalles de tu cara, de tu forma de ser. Pero el abrazo tuyo, tuyo, TÚ abrazo, es parte de mí cuando se cuelga de mi corazón y se hamaca. Porque fueron muy pocos para mi gusto, porque de haber sabido que ya no te iba a ver más, hubiera puesto todas mis fuerzas en tratar de sentirlos eternos. Pero a veces las cosas salen justo como tienen que salir, y a veces logramos atesorar con mayor facilidad lo que la vida se encargó que nos cueste conseguir.
    Aunque los millones de recuerdos que tengo todavía de vos, y que atesoro y que repito con la esperanza de perpetuarlos en el tiempo, se vayan apelmazando hasta que sólo me quede uno, ese va a ser la combinación de todo lo que necesite cuando te necesite, y va a ser un abrazo. Uno que va al cielo y vuelve cada vez que lo pienso, uno que cobra vida y se cuelga de mi corazón y se hamaca.

viernes, 4 de enero de 2019

Les prometo, hijos míos. 
Mis ojos para guiarlos cuando las nieblas cubran su visión.
Mis brazos para ser su sostén, en muchos sentidos, durante toda su vida.
Mi boca para enseñarles, para cantarles, para besarlos.
Mis piernas para ser sus primeros pasos.
Mi vientre para ser su primer hogar.
Mi mente para mantenerlos vivos en pensamientos, desde hace muchos años y para siempre.
Les prometo que los amo a pesar de que todavía no los conozco. Siempre lo sentí así. Son mi mayor sueño, mi meta más grande, todo lo que deseo en esta vida.
   Todo lo que aprendo, todo lo que hago, todo es pensando en ustedes. Quiero ser lo mejor posible para brindarles lo que a mí me faltó y también lo que pude tener. Porque no hay nada que pudiera imaginar que me hiciera más feliz que su felicidad.
   Lo sé. A veces piensan que exagero cuando hablo con tanto amor de los hijos que todavía no tengo. Pero no sé por qué, siento muy fuerte que ustedes ya existen, que en algún lado me ven y me escuchan. Al final, sé que existen porque en mi mente así es, a pesar de no saber todavía cuántos van a ser, ni cómo, ni de qué géneros. Pero este amor es el más real que sentí en toda mi vida. Quizás será una locura, puede ser.
   La posibilidad de cuidar y criar a un ser humano que fue formado en mí interior, que es la mitad de mí, pero a la vez es un ser completamente individual es algo no menos que mágico. Es algo que es tan grande que dudo mucho que en general las personas sean conscientes de eso.
   Los quiero libres. Como a mí no me dejaron ser en muchos aspectos. Quiero entender con totalidad y ser completamente consciente de su individualidad. Ustedes van a ser quienes quieran ser, no quien yo quiera que sean. Van a tener la religión que quieran si es que eligen alguna, la visión de la vida que deseen armar, su propia opinión política. Les quiero enseñar eso, que se debe ser analítico, objetivo, formar nuestros propios pensamientos y no seguir los ajenos sin cuestionarse nada. Los voy a aceptar, siempre.
   No veo la hora de conocerlos. Y siempre que lo digo la gente se asusta porque creen que quiero adelantarme y arrancar a tenerlos ahora, pero no. Como quiero lo mejor para ustedes, eso incluye que mi vida esté en un momento en el que pueda ser la mejor mamá. 
   Los amo, con toda mi alma, mi vida, y mi ser. Y sé que algún día les voy a contar todo esto que siempre sentí. La espera va a ser larga, pero va a valer la pena. 

miércoles, 21 de noviembre de 2018

¿Se han puesto a pensar que durante toda nuestra existencia, lo que vivimos y cuánto nos va a costar la vida está determinado por los privilegios que nos tocaron a la hora de nacer? Incluso en el reino animal. Es como la ruleta rusa de la vida. Que si sos más lindo o más feo, mujer o varón, si naciste en un hogar sano o tóxico, con familia que esté bien económicamente o no, si tu país está en crisis o no, y así podría seguir durante horas. Todas cosas que nosotros no podemos elegir. Privilegios, así tal cual. Y aunque hayan muchas cosas que uno puede cambiar con esfuerzo para tratar de tener una vida un poco más cómoda, los privilegios que nos faltan nos persiguen. Igual, siempre nos ponemos a pensar en los que nos faltan y no en los que tenemos. La verdad es que nos guste o no, el mundo está diseñado para ser así. Y como es obvio, todo esto sí nos condiciona a la hora de formar nuestras personalidades, carácteres y formas de actuar. Yo me pregunto, ¿qué es lo que quedaría intacto de nosotros si pudieramos elegir cambiar todo en nuestra realidad? ¿existiría algo que permaneciera igual de nuestro ser si todo nuestro entorno fuera distinto? Creo que muchos me contestarían que sí, que el alma. ¿Qué es el alma? Para las religiones es la parte espiritual de los seres humanos únicamente, que está relacionada con el bien y el mal durante nuestra vida y después de la muerte. Pero ¿qué es lo que identifica nuestras almas? Si nuestros nombres y todo lo que pensamos y hacemos está ligado a lo que nos tocó a la hora de nacer. Porque si bien dos gemelos podrían tener maneras de pensar distintas, es porque en algún momento uno prestó más atención que el otro ante alguna situación importante en sus vidas. Aunque pensar en todo esto es inútil, porque realmente no es ni algo injusto ni algo que se pudiera cambiar, me come la cabeza. Igual creo que saber reconocer nuestros privilegios sí es algo importante, trabaja mucho la empatía. A lo largo de mi vida, a la gente cero empática que he conocido, es porque critican aspectos de los demás que consideran que están por "debajo" de lo que ellos harían, o lo que ellos creen, o lo que ellos tienen. Es gente que no se detiene a pensar "no, esa otra persona tiene una realidad distinta a la mía, así que no puedo esperar que logre actuar, pensar como yo, o tener las cosas que yo tengo". Hace un par de años aprendí la palabra empatía, desde que la conocí, supe que eso era lo que yo había sentido toda mi vida para con los demás, una fuerte tendencia a ponerme en sus zapatos para tratar de ver la realidad desde sus ojos. Es algo que considero mi más grande virtud, y lo digo con orgullo. Quizás no me sirve de nada que genere un cambio drástico en mi vida, incluso a veces hasta me trae disgustos, pero la sensación de poder entender y perdonar es algo muy lindo. Siento paz cuando me doy cuenta que podría estar destilando odio, pero en vez de eso paro, reflexiono y sigo. Desde que empecé a practicarla con más frecuencia, casi no se me escucha hacer comentarios negativos sobre los demás, ya sólo me ocupo de pensar en la autocrítica. Y agradecer, agradecer mucho todos mis privilegios, y no preocuparme tanto por los que me faltan, pero siempre y sobre todo agradecer.

miércoles, 28 de marzo de 2018

Ayer mi papá se suicidó. Y ni siquiera sé cómo empezar a relatar esta historia, pero lo voy a intentar.
   Desde que soy chica supe que mi papá no estaba bien. Siempre supe lo que le hacía a mi mamá, y que no se ocupaba de nosotras. Durante casi toda mi infancia lo veía una vez al año, y a veces pasaba más tiempo sin verlo. Me tuve que acostumbrar a la idea de no tener padre. Hay personas que he conocido que realmente no les importa mucho que sus padres estén separados. Nunca los podía entender, porque para mí era mi cruz más grande. Después entendí que esas personas veían a sus padres de igual manera y simplemente tenían una familia dividida y un poco más grande. Yo sólo tenía a mi mamá, que nunca se volvió a poner de novia, y a mis tios, que no veía prácticamente nunca, por ende, sólo tenía a mi mamá y mi hermana. Yo no supe lo que era ver a mi papá en mi casa, no supe lo que era que te hagan ser de un equipo de fútbol, no supe lo que se sentía ver a mi mamá y a mi papá darse un beso, y lo que más me duele de todo, no pude ver una mesa larga en un domingo comiendo un asado en familia, como es la tradición acá en Argentina.
   Llegó mi adolescencia y a mi abuela se le ocurrió que era hora de que nos relacionáramos más con ella y con papá. Empezó a invitarnos a la casa a comer de vez en cuando y comencé a sentir que tenía una familia de verdad. Iba todo en ascenso. Cada vez íbamos más seguido y cada vez me llevaba mejor con los dos. Pude conocer parientes de papá que no sabía que existían y de verdad estaba muy, pero muy feliz. Hasta que la bomba cayó. Papá internado en un hospital psiquiátrico. Lo diagnosticaron con esquizofrenia y drogadicción. El mundo que creía estar conociendo se derrumbó en mi cara. Y eso sólo fue el principio de todo. Empezaron sus brotes psicóticos, donde intentó matar gente, tirarse delante de los autos, y siempre terminaba internado. De a poco dejaba de hablar como una persona normal, y se empezaba a notar cómo se iba deteriorando su mente. El año pasado fue el peor, porque su esquizofrenia dejó de ser el problema mayor, y pasó a ser su depresión. La depresión fue millones de veces más destructiva y rápida de lo que fueron sus casi 40 años de esquizofrenia. Dejó de ser una persona viva y pasó a ser un muerto al que le latía el corazón. Verlo me destruía.
   Ayer a las 11 de la mañana él estaba en la casa de su mamá y con la mujer que limpia. Esperó a que mi abuela fuera al baño y le pidió a la empleada que le diera las llaves de la terraza, porque se iba a tirar. Ella le dijo que no, y entonces cuando papá se fue, escuchó los pasos de él corriendo, el ruido del ténder de la ropa que está en el balcón, y después nada. Después ya no estaba. Cayó de un cuarto piso de cabeza, y murió casi al instante.
   El suicidio de un padre es algo que cuando no te pasa te parece algo tan lejano, tan imposible, que si ocurre no es posible creerlo. Y a pesar de que yo sabía que era muy probable que llegara a pasar, ahora no lo puedo creer.
   Lo amo con todo mi corazón y sé que ahora está en paz, porque su infierno lo vivió en la tierra. Y espero que desde arriba nos pueda cuidar como no pudo hacerlo estando acá. Y que ahora sepa lo mucho que lo amé toda mi vida, sin importarme nada.
   Hace muy poco logré salir de mi depresión, y ahora la depresión me quitó a mi papá. No es una enfermedad para tomar como si nada. Es una asesina al igual que el cáncer, pero es más dolorosa. Es una enfermedad que te deja solo y te tortura hasta que por voluntad propia decidas terminar con tu vida. Ahora reconfirmo que no voy a dejar que algo así me vuelva a atacar, no voy a dejar que me quite nada más.

Ahora tus cadenas se transformaron en alas y tu alma descansa en la paz eterna. Te amo papá.
   

martes, 27 de febrero de 2018

Después de mucho tiempo de tanto ruido en mi cabeza, de tantos gritos ensordecedores, por fin hubo un profundo silencio. Pude escucharme diciendo cuánto amo la vida y cuánto había esperado para pensar "estoy bien, ya nada apaga mi luz". Y fue ahí, entre sus brazos, flotando en una hamaca, sólo escuchando el ruido del mar y su corazón latiendo, viendo la eternidad del cielo que estaba más hermoso y estrellado de lo que pensé que pudiera llegar a ser.
La magia que sentí en ese momento fue increíble, casi irreal. Hace ya tanto tiempo que no sentía tanta paz, tanta contención. No esperaba curarme de mis angustias de esta manera, de la nada, sin pensarlo. Y supongo que es así como se vuelve a empezar. De un momento a otro entendés que no todo es como creías, que sí se puede volver a ser feliz, te aferrás a la vida y la vida se aferra a vos. Se prende algo.
Él me ayudó mucho. Me escuchó, me aconsejó, pero lo más importante es que se quedó. Incluso cuando yo misma quería abandonarme, incluso cuando mis problemas lo consumían a él, se quedó. Y si una persona es capaz de amarme de esa manera, ¿por qué yo no voy a poder amarme?
Cada vez estoy más convencida de que las personas aparecen en nuestras vidas en momentos exactos en los que las necesitamos, ya sea para darnos una lección o para acompañarnos en momentos importantes y decisivos. Lo sé porque, de no ser por él, la depresión por la que estuve pasando hace más de tres años y que se hacía cada vez peor, hubiera acabado conmigo. Quizá no podamos controlar quién se queda y quién se va, pero definitivamente vale la pena disfrutar el tiempo que nos regalan, y el camino que eligen recorrer a nuestro lado.
Esta no es una de mis regulares cartas de amor a quien creo que va a ser el amor de mi vida, porque sé y ahora entiendo que el único amor de mi vida tengo que ser yo, y que por nada del mundo debería volver a lastimarme de ninguna forma. Pero sí quiero decir que si los ángeles se hicieran personas para acompañarnos, él sería uno; que soy inmensamente feliz a su lado; y que lo amo con todo mi corazón.



domingo, 24 de diciembre de 2017

Mi luz se está apagando, yo sé. De a poco mi nombre se borra y estoy dejando de saber quién soy. Ya no tengo paciencia, ya no tolero nada, todo me hace sufrir. Lo poco de optimismo que me queda es tan escaso que tengo que racionarlo para no estallar. Como si fueran las últimas gotas de agua y después, después no sé.
   Jamás nunca pensé que llegaría a sentirme así, y eso que tantas veces que estuve triste por pavadas creí que estaba sufriendo de verdad. Ahora sé que el verdadero sufrimiento es el que te controla, no te deja vivir, te cambia, te mata de a poco. Y es que creemos que los peligros son externos pero ¿qué pasa cuando lo que te está matando está adentro? Y no dentro de nuestro cuerpo, sino de nuestra mente.
   Sé que siempre hay más cosas para agradecer de las que hay para lamentar, pero a mí se me hace imposible contarlas. Las malas tienen la voz más fuerte, y me gritan, me sacuden y me torturan. Eso me pone peor, no ser capaz de agradecer lo que tengo, que literalmente ya nada en mi vida me cause algo de placer o de felicidad. Lo último que me estaba quedando era el amor de mi novio, pero eso también de a poco va dejándome de importar.
   A veces maldigo la hora en la que supe, o me hicieron creer, que el suicidio es una condena eterna, sin objeciones; porque eso me detiene y realmente deseo dejar de sufrir, no importa cómo. Deseo la paz, con todo lo que me queda del alma, pero no tengo la fuerza para buscarla por mis propios medios. No puedo hacer tregua conmigo.
   Me hacen culpable, todo el tiempo, de estar así; de no conseguir estar bien y que ya hasta me esté costando fingir estarlo, cuando eso siempre me salió bien. Y si mi familia no tiene por qué soportar mi depresión, y tampoco piensan ayudarme, entonces ¿qué me queda? Solamente me queda desaparecer y a ver si así les hago el favor de sacarles mi peso de encima. Espero que si algún día mi mamá lee esto, sepa que me hirió hasta lo más profundo de mi corazón, poniéndose en el lugar de víctima siempre, incluso cuando yo realmente necesitaba estarlo.
   No sé qué más decir, necesito descargar todo esto de alguna forma. No sé qué va a ser de mi este año que se acerca. Le tengo miedo, como si fuera un monstruo. Siento que me va a destruír, y se va a llevar lo poco que queda de mí.
   Deseo acordarme de quién soy. De qué era antes de que algo tomara mi lugar y comenzara a destruír todo al rededor. Necesito encontrarme.

lunes, 22 de mayo de 2017

khaos

Estoy pensando que probablemente nunca nadie me entienda. Porque no importa cuánto lo intente, nunca nadie va a poder ponerse en mis zapatos. Todos los días sufro de ser yo. Todos los días en algún momento y de alguna forma la vida me recuerda que no estoy hecha para este mundo. Que nací fallada y que nunca jamás voy a encajar, por más fuerza que haga.
    Desde que tengo memoria tengo este problema. Lo que me dicen que debo hacer y más cuando es bajo presión me inmoviliza, me intimida. No soy capaz de concentrarme aunque quisiera, y mi memoria es cada vez peor a medida que pasa el tiempo. Cuando estoy haciendo algo pierdo la noción completamente y después algo malo pasa por no recordar nada. Dejo todo para el último momento por tratar de evadir cualquier responsabilidad y cualquier cosa que requiera mi concentración y esfuerzo. Y aunque pareciera que todo esto me pasa por mi culpa, porque yo lo quiero, no es así. Realmente lo odio, odio todo esto que me pasa, porque siento que estoy en una cárcel dentro de mi cabeza y que estoy arruinando mi futuro de a poco.
    A la gente nunca le cayó bien mi forma de ser, y con justa razón, porque no logro ser como ellos. Porque a mi no me sale ser responsable ni me va bien en los estudios. Porque las cosas no permanecen en mi mente por casi nada de tiempo y pierdo todo. Les hago daño, igual que a mí. Y no me entienden, no pueden, no lo intentan. Me juzgan, me señalan, me crucifican. No tengo lo que se necesita para sobrevivir en este mundo. No soy capaz de estudiar y sin estudio me enseñaron que no sos nadie, que vales menos como persona. Ni siquiera sé si puedo trabajar, porque le tengo mucho miedo a las responsabilidades. Y eso me conduce a otros miedos, como el de no poder ser una buena madre en el futuro por culpa de todo esto, y arruinar mi mayor sueño.
    Me siento tan sola y tan desamparada. Ni si quiera mi propia mamá me entiende. Ella dice que todo lo invento y que en realidad todos mis problemas yo misma los busco. Dice que quiere ayudarme pero desde que tengo memoria lo único que hace es hundirme, con sus palabras hirientes, con su forma de pensar errada, con su falta de atención hacia mis sentimientos, emociones o lo que pasa por mi cabeza. Mi hermana también me culpa, y se enoja, odia eso de mí. Ella hace todo bien. Siempre hizo todo mejor que yo. Estoy muy contenta por ella, pero ni siquiera sabe lo que es estar en este lugar del juego. Tampoco lo intenta, como todos. Mis amigos se me alejan, porque yo los alejo. No soportan que me cuelgue tanto, pero no tienen idea. En la escuela se burlaban de mi constantemente, me culpaban de cosas que no había hecho y me hirieron hasta lo más profundo con sus palabras y sus formas de tratarme. Todos ellos me hacen sentir menos. Menos persona, menos humana, menos valiosa, menos importante o merecedora.
    Si tuviera que definirme con una palabra sería caos. Porque eso siento que soy. La personificación del desorden y la confusión. La desgracia hecha humana. Y a donde quiera que voy produzco eso, un caos. Siempre es peligroso que alguien se relacione conmigo, siempre lo fue.
    No sé qué se hace en esta situación. Si nadie es capaz de ayudarme porque ni siquiera se me ocurre una solución posible. Saber que jamás voy a poder hacer ni lograr lo que los demás si pueden. Que jamás voy a poder tener una meta y cumplirla, sin quedarme a mitad del camino (con mucha suerte). No aportando nada al mundo y simplemente siendo un estorbo, un ser que respira y consume pero no produce nada, inútil. Si no fuera tan cobarde terminaría con mi vida, pero una chispita de esperanza todavía me mantiene en pie.

lunes, 29 de agosto de 2016

Matemática

Es curioso pensar cómo nos fuimos convirtiendo en matemática.  Dejamos de ser lengua, geografía, arte, historia. Vamos perdiendo la esencia de seres humanos, la parte hermosa, la parte que crea, vive, es libre, ES en todo su esplendor. Somos criaturas únicas, desde la huella digital hasta el último pensamiento de nuestras cabezas. Nacimos así, ni siquiera dos gemelos que presuman ser idénticos lo son del todo. Porque aunque nos clonaran estamos hechos de momentos, vivencias, errores, heridas. Y aún así buscamos ser iguales a otras personas. Lo que pasa adentro de nuestras cabezas no puede llamarse menos que magia. Tenemos la capacidad de decidir, pensar, aprender, cometer errores, perdonar, tener piedad, o no tenerla, ser malos, buenos, locos o tontos y un sinfín de características que nos diferencian. Creo que cada persona es todo un universo que siempre va a ser interesante explorar, y el valor de cada uno no varía, todos tenemos el mismo y no es un número. No nos convirtamos en matemática cuando nacemos siendo tantas cosas. La plata, las notas, el peso, la masa muscular, la grasa, la altura, los seguidores, los likes, todos tienen algo en común: son números. Números vacíos, que en realidad no simbolizan ni significan nada. Los sentimientos, los pensamientos, los valores, y todas las cosas que realmente importan de nosotros no se rigen por un número y no hay dos iguales. Hay tanta gente queriendo cambiar su ser, para convertirse en una cantidad, dejando de lado lo lindo de la aceptación de uno mismo, centrando sus vidas en llegar a la cifra perfecta, cuando todos vamos a terminar a tres metros bajo tierra; torturándose, no siendo felices, obsesionados, ¿para qué? No creo que nada lo valga. El día de nuestras muertes la gente no se va a acordar de cuánto pesábamos, ni de cuántos me gusta teníamos en las redes sociales, nos van a recordar por lo que éramos, por las cosas buenas que hicimos y el amor que supimos repartir. La felicidad, el ir conociéndose a uno mismo hasta formar una amistad es lo que hace que el haber vivido valga la muerte. Lo que en realidad somos es almas con cuerpos, y no cuerpos con almas, y el envase nunca importa más que el contenido. Somos SERES humanos, con énfasis, porque no es casualidad que nos llamemos así. Y yo no quiero ser un número, no quiero ser matemática.

martes, 22 de diciembre de 2015

Carta a Dios

Querido Dios: te escribo porque me sale mejor que simplemente hablarte, aunque sé que nunca más lo hice. Soy una pobre pecadora sin remedio, porque del pecado no se puede escapar y yo estoy lamentablemente muy involucrada. A veces siento que no merezco que si quiera pienses en mí o me ayudes a despertarme un día más de mi vida, y en realidad así es. Te fallo todo el tiempo, y aunque digo constantemente que no lo voy a hacer más, siempre vuelvo a lo mismo. En ocasiones ni siquiera me dan ganas de dejar todo lo que me hace mal, a pesar de que sé que es malo, y no lo entiendo. No pretendo que me ayudes a mí porque no lo merezco en absoluto, pero, a pesar de eso, te escribo porque necesito que ayudes a alguien más: mi papá. Vos mejor que nadie sabés que lo amo con toda la fuerza que tiene mi alma y que aunque me haya faltado la mayor parte de mi vida, no puedo imaginarme perderlo por completo. Y vivo día a día con miedo, miedo de que la droga acabe con su vida, miedo de que no tenga retorno de ese infierno en el que está viviendo. Lo veo y no lo puedo reconocer, sucio, sin ganas de nada, rendido, siempre con el cigarrillo que es como un arma en la mano. Pero a pesar de todo eso su enorme corazón sigue ahí, sigue sonriendo para que nosotras casi no percibamos lo destruído que está, sigue haciendo chistes y hasta he llegado a creer que no le pasa nada. Vos, Señor, sabés que no es así. Conocés su corazón mejor que nadie en el universo y sólo vos podés ver el pozo en el que está hundido, y las ganas de salir que tiene, pero el coraje que le falta. No soporto verlo así, es inhumano, y no puedo creer que le esté pasando a él. Es el hombre gracias al que respiro, gracias al que tengo vida, y por eso se la debo. No importa cuánto tiempo pasé sin él, nunca dejé ni voy a dejar de amarlo. Te imploro, te suplico, te ruego piedad. Porque a pesar de todo si hay algo de lo que estoy segura es que sos misericordioso, más que cualquiera, y que podés ayudarlo. Ya nada que sea mundano puede con el enorme control que tiene Satanás sobre su vida, pero también sé que vos sos infinitamente más poderoso que él, y que si así lo querés, sos capaz de borrarlo por completo con chasquear un dedo. Mi papá es increíblemente pecador, pero él no conoce otra cosa, su papá lo hirió tanto que destruyó por completo su corazón, y nunca fue capaz de amarse a sí mismo. Yo estoy completamente segura de que no es más que una víctima de todo lo que le pasa, y que en el fondo desea salir de eso y tiene sed de vos. Me da impotencia no poder prometerte no pecar tanto o rezar todos los días o las dos cosas, porque siempre que lo he intentado fallé y no quiero ser la que lo entierre más con mis pecados. Ya no sé qué hacer y tampoco puedo soportarlo. Por eso, con la cabeza gacha y el rabo entre las patas vengo a pedirte ayuda, no para mí, sino para él. Un día mi mamá me dijo que no hay nada más fuerte que la oración de un hijo por sus padres, y viceversa. Y confío ciegamente en eso, y aunque no lo diga, también confío ciegamente en vos, Señor. Porque a pesar de no merecerme tu mirada siempre lo hacés, y sé que intentás muchas veces acercarte a mí y soy yo la que no te deja. Para nada te echo la culpa de todo lo malo que me pasa, porque sé que es mía, y odio que sea así, porque en el fondo de mi corazón yo también tengo sed de vos y deseo seguirte a donde vayas. Pero estoy tan confundida. Las tentaciones son tan fuertes y yo tan débil. Pero bueno, yo no soy el caso. Quiero que transformes todo el amor que tengo por mi papá en bendiciones y que utilices todo lo que deseo que el se sane para sanarlo, y también te entrego todos mis sufrimientos para la salvación de su alma. Si hay algo a lo que le tengo más miedo que perderlo, es que cuando eso pase, él no pueda gozar de estar al lado tuyo, y que el sueño que tuve cuando era chiquita se cumpla. El demonio no es nada al lado de tu inmensidad y ya tengo fe en que vas a escuchar mis llantos y oraciones, porque es eterna tu bondad e infinita tu misericordia. Por la salvación del alma de mi papá y de paso, de toda mi familia, amigos, y la mía. Jesús en vos confío. Amén.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Tal vez no esté bien, quizá esté cometiendo un error. Dicen que no valías suficiente para mí, y fuí tan tonta de llegar a creerlo. Estaba tan enceguecida que no era capaz de ver que hacías todo para verme bien y hacerme feliz. Sabía la cantidad de veces que no me abrazabas pero ni siquiera intenté contar la cantidad de sonrisas que me diste. Egoísmo es lo único que se me viene a la cabeza cuando pienso en cómo solía tratar de hacerte culpable de tantas cosas.
   Duele, duele tanto. Estoy tan arrepentida. Desearía con todo mi ser que volvieras y hacer las cosas bien. Ya no pensar más sólo en mí y brindarte todo el valor que siempre te mereciste. Mataría por un abrazo más, por otro beso, por que me miraras de la misma forma en que lo hacías antes. Jamás en toda mi vida voy a poder reemplazarte, sos dueño de mi corazón completo y no quiero que no sea así. No quiero que otra persona me de amor, porque ninguno va a ser tan fuerte como el tuyo.
   Solamente quiero pedirte perdón. Perdón por no ver bien lo que estaba eligiendo perder. Perdón por no entenderte cuando estabas mal y no podías ocuparte sólo de mí. Perdón por ser tan increíblemente egoísta.
    Todavía aparecés en mi cabeza a diario, todavía lloro cuando me acuerdo de todo lo que no pude disfrutar con vos y todavía sonrío cada vez que te imagino sonriendo.
    Y sé que no vas a leer esto, y que aunque lo hicieras, me ocupe de aplastar tanto tu corazón que ya no queda un trocito que sea capaz de perdonarme y amarme de nuevo. Pero me gustaría que supieras que estoy arrepentida de haberte dicho que ya no quería seguir con lo nuestro.
    Es increíble todas las veces que creí saber lo que es el amor antes de conocerte. Que equivocada estaba.
    Por lo menos no podés escaparte de estar en mi cabeza todo el tiempo. Te voy a mantener ahí toda mi vida. Y en mi corazón hay un hogar que te espera con los brazos abiertos por si algún día querés volver.

viernes, 30 de octubre de 2015

Mi meta en la vida

- Ser paciente y tolerante con todo aquello que generalmente me cuesta.
- Saber tratar a los demás mejor de lo que se merecen. Tal como me gustaría que lo hicieran conmigo.
- Criar a mis hijos en el ambiente más sano posible, demostrarles que el amor existe y mueve el mundo. Tratar de hacerlos felices y que entiendan la vida con buenos puntos de vista.
- Estar bien con Dios. Ser su fiel seguidora. Para así poder afrontar los problemas como sólo teniendo fe se puede.
- Ayudar a los demás tanto como me sea posible. Servir por placer y no por interés.
- Haber servido aunque sea a una persona para que se sienta mejor.
- Luchar para que la injusticia hacia las personas más frágiles no exista.
- Viajar y conocer nuevas culturas.
- Transformarme día a día un poco más hacia la amabilidad que quiero llegar.
- Trasmitirle a los demás mi felicidad.
- Ser segura conmigo misma y con las cosas que hago.
- Morir habiendo dejado mi pequeña huella en el mundo. No haber vivido en vano.
- Mantener mi fe fuerte.
- Llegar lejos con mi trabajo.
- Dedicarme a la mayor cantidad de cosas que me gustan posibles.
- Conseguir amigos de verdad y tratar de evitar que las personas que me hacen daño se involucren demasiado conmigo.
- Tener muchos hijos y lograr la familia grande que siempre soñé.
- Casarme con el hombre que ame para siempre. Amarlo cada día un poco más, respetarlo, cuidarlo y superar nuestras diferencias para tener una relación sana.

jueves, 16 de julio de 2015

Ese hombre

Quiero un hombre. Pero no a cualquier hombre. Hombres hay muchos pero sé que solo uno es ese, ese que me ame con tanta locura que sienta que casi no pasa tiempo en la Tierra. Quiero a un hombre que no sólo se enamore de mis curvas cuando me investigue con sus manos, que no sólo ame el brillo que tengan mis ojos cuando me ría y que no piense que soy más hermosa cuando recién me levanto. Quiero a un hombre que se enamore de mis pasiones, de todo lo que sueño y hago. Que cada vez que me oiga sólo quiera escuchar más y comprenda la importancia de saber qué es lo que pasa por mi cabeza. Uno que ame cada centímetro que deseo recorrer y no sólo los que ya he recorrido. Alguien capaz de dejarlo todo con tal de perseguir aquello que lo haga feliz. Que no tema a lo desconocido y que quiera conocerlo conmigo. Él debe saber que no todo será perfecto pero también sabrá que eso es lo que lo hace interesante. No van a haber restricciones obligadas porque el inmenso amor que nos va a acoger se va a encargar de hacer que todo lo que hagamos sea pensando en el otro. Se va a equivocar, como todos, y yo lo voy a perdonar, mil veces si es necesario, porque lo voy a entender y porque lo voy a amar. Quiero que nos acompañemos en este viaje que es el más importante que vamos a hacer y que es la vida, elegirlo para ser quien esté a mi lado y que él me elija a mí. Quizá nunca me decida cuando busque qué ponerme y me tarde horas, y también quizá me ahogue en varios vasos con agua pero él siempre va a estar ahí, ayudándome a darme cuenta de lo sencilla que es en realidad la vida y teniendo una paciencia que me resulte envidiable. Un hombre que mire y sólo sienta admiración, y que pudiera mirarlo el resto de mi vida y cada vez que lo haga enamorarme más y más. Uno que soporte todas nuestras peleas y discusiones, que no pueda dormir sin antes haberse reconciliado conmigo. Quiero que sin darse cuenta transforme mi vida en una película de amor, y que cada día juntos sea una aventura en la que no necesitemos escalar montañas o tirarnos de un avión. Que convierta todos los "yo" en un "nosotros" y todos los "mío" en un "nuestro" y que aún así podamos respetar nuestros espacios. Muchas veces me va a tocar verlo enojado, triste, tal vez alguna vez se sienta derrotado o que ha caído y no se puede levantar, pero ahí quiero estar yo para ayudarlo así como el me va a ayudar tantas veces. Quiero que ningún "para siempre" se pierda con el viento en algún lugar del mundo y que el día que el viaje de uno de los dos termine, el otro pueda darse cuenta de lo pleno y feliz que fue todo el camino que recorrimos juntos. 

martes, 16 de junio de 2015

-    Caí en una depresión que sólo Dios conoce, de la que nadie sabe.
-    Me paso los días enteros quejándome de estar encerrada pero no queriéndo salir a ningún lado, huyéndo de huír.
-    Duermo, duermo, duermo hasta que mi cabeza quiere explotar del dolor y mi cuerpo me pide a gritos que haga algo. Pero no le hago caso.
-     Siento cómo todos me juzgan y puedo escuchar cómo entre dientes están constantemente criticando todos mis movimientos. Y aunque pareciera que todos ellos estuvieran pendientes de mí, en realidad creo que estoy absolutamente sola en el mundo.
-     Lo escucho, lo veo, lo percibo, lo siento y lo sé: soy inútil. Sólo vine al mundo a desperdiciar espacio, tiempo y recursos, pero no le aporto nada. Soy sólo un estorbo.
-     A través de golpes la vida poco a poco me enseña que los sueños son un privilegio que sólo las personas capaces se pueden dar. Y es por eso que estoy privada del derecho a soñar.
-     Pareciera que nadie entiende. Pero yo tampoco lo entiendo. A veces pienso que podría ser capaz de remediar mi situación pero no quiero. Y después caigo en la cuenta de que no es así.
-     Es como si algo estuviera torturándome y repitiéndome una y otra vez que nunca voy a poder lograr lo mismo que los demás, que soy menos en todos los sentidos, que ni siquiera lo intente.
-     Mi única escapatoria es Dios pero él está tan lejos. Y es por mi culpa. Porque alejo de mí lo que me hace bien casi como si me gustara sufrir de ésta manera. Yo le fallé, y le fallo todos los días y es por eso que él no puede ayudarme. Pero es que no consigo estar de acuerdo con cosas que me imponen que deben ser de una manera y sólo así. Y soy castigada quitándome el privilegio de la protección de esta manera.
-     Estoy hundiéndome en un pozo que pareciera nunca terminar. Cayendo y sólo cayendo
-     Las cosas que me gustan nunca me van a llevar al lugar en el que quiero estar algún día. Y eso me hace enojar tanto. Todo lo que yo considero importante pareciera que para los demás son sólo estupideces.
-     Nací diferente a los demás. Simplemente no encajo con todos ellos. Lo intento y lo intento pero no lo puedo lograr. Y en mi caso, diferente es malo, o eso es lo que me quieren hacer creer.
-     Adentro mío está desatada una guerra entre el bien y el mal que me está destrozando de a poco.
-     Sé cuáles son las soluciones para todos mis conflictos, pero hay algo en mí que no me deja alcanzarlas. También sé qué es eso que no me lo permite. Tampoco sé cómo librarme.
-     A pesar de todo esto, muy en el fondo y bien escondida, hay una lucecita de esperanza dentro mío. Ingenua, chiquita y débil que cree que todo va a estar bien y que mi vida se va a arreglar. Necesito más de esa ingenuidad y debilidad para resistir.
-     El mundo me obliga a vivir de una manera. Me imponen cosas que deben o deben ser así. No tengo opciones. Yo no puedo elegir. Soy diferente y eso es mí problema. Tengo que lograr quitarme toda la esencia como persona y ser igual a ellos. Es eso o morir.

viernes, 20 de marzo de 2015

Me he estado dando cuenta la necesidad que tiene el mundo de que exista lo malo. Sí, porque sin lo malo, lo bueno no existiría tampoco. Leí una vez "la oscuridad no es más que la ausencia de la luz", pero en este caso es al revés, lo bueno no es más que la ausencia de lo malo.
    Puede sonar un poco tétrico o descabellado, tal vez, pero es así. ¿Estaríamos en lo más alto de la montaña rusa si no hubiera bajadas? Nos levantamos porque nos hemos caído. Sin los brutos no existirían los inteligentes, sin los olores feos no existirían los perfumes, sin la violencia no existiría la paz.
    Sé que vivimos en un mundo donde se busca exterminar lo malo. Y también que poder decidir qué es bueno y qué es malo es una cuestión muy difícil de analizar. Desde mi punto de vista es imposible diferenciar todo y que estemos de acuerdo. Es que es algo completamente dependiente de la religión, la cultura y la crianza. Todos pensamos diferente y por lo tanto no se puede saber con claridad qué es lo que está mal y bien.
    Por eso, por mi parte, cada vez que pienso en esto logro disfrutar de todo lo malo que me pase, aunque sea en pequeña medida. Porque me preparo para lo hermoso que va a ser estar en lo alto de la montaña, y sé que cuanto más abajo esté, más subida va a haber.
    Hay muchísima gente que piensa que vive en lo más profundo y que nunca logra subir, pero no, no es así. La vida es un constante sube y baja, siempre. Estar arriba no si o si significa ganar la lotería, tener un gran trabajo, una hermosa familia o muchos amigos. Yo me considero en lo más alto de mi montaña cuando veo a la gente que quiero sonreír, cuando me pongo a pensar en todo lo que tengo y me deja de importar lo que no, cuando aprendo cosas nuevas y cómo no, cuando hago reír a alguien. Cada cosa tiene el valor que nosotros le ponemos. Somos dueños de la decisión de ser felices o no, ni el pasado, ni las personas, ni el estatus social, NADA, puede decidir por nosotros qué tan felices vamos a ser.
    Cuando era chiquita me gustaba lastimarme o enfermarme, porque cuando me curaba el placer que sentía era enorme. A veces hay que agradecer no pasar por muchos momentos buenos. Yo creo que la gente que peor lo ha pasado es la más agradecida y la que más disfruta las cosas realmente buenas de la vida.
    Podría estar horas y horas escribiendo sobre esto, pero sólo tengo una cosa para recordarme todos los días, y que espero nunca me olvide: sin la oscuridad no podríamos ver las estrellas.

miércoles, 18 de marzo de 2015

¿Cuánto se puede llegar a querer a alguien en cuestión de semanas?
   El corazón es completamente inestable, cambiante, impredecible. Nunca sabemos cómo va a actuar ni podemos controlarlo. No es físico, no actúa por tiempo, por presión, por temperatura...
   El corazón es variable. Siempre dependiendo de con qué o quién se trate. Cada relación con alguien o algo que tenemos es como una huella digital, como las rayas de una cebra; existen millones de variaciones, de todas las formas, los tamaños que nos imaginemos, no hay dos iguales.
   Por eso, ¿es justo decir que no se puede amar en poco tiempo? o ¿sería justo pensar que en mucho tiempo sí o sí se debe amar? La respuesta es corta, concisa y simple: no.
   Eso es lo que me gusta tanto del amor, está lleno de sorpresas, nunca vas a saber lo que va a pasar o cómo va a reaccionar. Es divertido, porque cada vínculo que formamos con alguien es como una aventura. Es riezgoso, sí, puede que pasen cosas malas, pero, ¿qué película de acción sería divertida si no pasaran cosas malas? ¿dónde estaría la emoción de la intriga si siempre fuera igual? Personalmente, prefiero arriesgarme, no pierdo nada, o capaz que sí, pero bueno, en la vida las personas y las cosas van y vienen.
   He pasado por algunas relaciones, no son muchas, pero son las suficientes para que me dé cuenta de que nunca mi corazón sintió lo mismo por ninguno de ellos. Con algunos aprendí más, con otros menos; a algunos los quise más, a otros menos, o de maneras diferentes y así. Por eso considero un error pensar en encontrar sentir lo mismo que con alguna persona con la que hayas estado. Repito que la emoción no está ahí. También considero un error no creernos capaces de amar más a una persona de lo que hemos amado a otras. El corazón siempre da más, siempre se puede amar más, incluso aunque pienses que amás o has amado con todas las fuerzas que hay, no, siempre da más.
    Y para concluír con esto: sí creo. Creo que el amor es algo sin condiciones ni barreras de ningún tipo, completamente libre. Y creo que se puede amar a alguien en poco tiempo y creo que se puede no hacerlo nunca también. Creo que él nos controla a nosotros y no nos queda más que dejarnos llevar por la corriente (pero ojo, es hermoso dejarse llevar). Creo en todo lo variable e inestable que hace mover a este mundo y que día a día aprecio más.

lunes, 16 de marzo de 2015

¿Por qué prohibirle ser al corazón lo que es? ¿Por qué prohibirle a los sentimientos hacer lo que quieren? Una persona que se guía por su corazón nunca falla, pero no nos damos cuenta. Creemos que nos hacemos un bien, tal vez, pero no, todo lo contrario.
   Quiero permitirme sentir todo lo posible, no importa si sé cuáles son las consecuencias, voy a disfrutar de mi humanidad y que mis emociones fluyan conmigo.
    Sí, puede ser que termine sufriendo, ¿y qué? Por lo menos voy a haber tenido momentos que voy a recordar como los mejores. Si no me permito sentir, mi vida no tendría sentido. Si quiero parar al corazón y sus planes, quizá me puedo perder algo grande. Aunque también puede que no. Pero, ¿es peor perdedor el que pierde o el que nunca intentó?
    Por mi parte disfruto de sentir. Por eso soy eufórica y cuando siento, siento con fuerza. Me hace sentir viva y eso es lo más grande que hay. Vivo de mis emociones exageradas.
    Es una lástima que la mayoría de la gente no piense como yo, porque a veces me cortan las alas. Yo quiero sentir sin que me importe qué vaya a pasar pero no puedo si el otro no está dispuesto a no tenerle miedo a las consecuencias. Eso me pone muy triste.
     Me gustaría que las personas no vivieran tanto en el futuro y en el pasado. Es lo más trillado del mundo pero es la verdad, vivir en el presente es lo mejor que hay. Con sus límites y restricciones como todo, pero siempre pensando en lo que me va a hacer feliz hoy.
    Y no me interesa lo que digan de mí, soy feliz así. Voy a sentir con todas mis fuerzas y voy a dejar que mis emociones vuelen, voy a vivir como se debe. La felicidad es más fácil de encontrar de lo que creemos.

domingo, 15 de marzo de 2015

Ahí

Ahí, en tus brazos. Tus brazos como un lugar y no como una cosa. Porque tus brazos son mí lugar favorito en el mundo. Ahí, adentro de tus ojos, ahí estamos los dos, mi reflejo y el tuyo adentro de los míos. Ahí, en tus sonrisas, ahí encuentro silencio cuando afuera hay gritos, en ese lugar donde no hay palabras y sin embargo se dice tanto. Ahí, en tus manos es donde me aferro si hay problemas, donde no penetra la lluvia. Ahí, en tu mente es donde guardo mis secretos, mis experiencias, todo lo que sé y lo que quiero saber. Ahí, en tu boca es donde me escondo y nadie me encuentra. Ahí, en tu corazón, es el lugar a donde deseo viajar. Ahí, en tu corazón es donde quiero construír mi hogar y quedarme a vivir.

miércoles, 25 de febrero de 2015

Amor

Creo en el amor. Quizá creo tanto en él que me ciego totalmente. Es una confianza ciega y profunda.
    Algunos me podrán creer ilusa, pero yo más bien me llamaría llena de esperanza. Tengo esperanza de que el amor siempre va a triunfar, que es lo más poderoso que existe y es capaz de todo.
    También creo en todo lo que el amor implique, como la fidelidad, por ejemplo. ¿Qué es eso de no creer en la fidelidad? Qué triste vida la de todos aquellos que no sean capaces ni de imaginar amar a alguien de tal manera que no haya forma de que tu corazón se cruce con ninguno sino el suyo. Porque el amor es una entrega completa, así lo veo yo. Pero no, no es un sacrificio, porque un sacrificio está hecho a raíz de una obligación, y el amor no es eso. Creo que en el amor no existe el sacrificio. Todo lo que se haga por y para el amor va a ser un deseo, algo que se hace con placer, gusto.


    Gracias a Dios. Qué invento más precioso. Y me encanta vivir a raíz de eso, porque pese a todos los daños colaterales que pueda causar éste, no hay manera más dulce de torturarse que sentir amor por una persona, y por qué no, por todos.

LLorar

    Y hoy, otra vez escuché a alguien decir que odia ver a la gente llorar. No lo entiendo, yo amo ver a la gente llorar, y amo llorar. No, no porque sea una persona sádica y malvada. El llanto es la más pura evidencia de que hay corazón, que hay alma y humanidad.
    Se puede llorar de muchas maneras, no siempre es lo mismo. Se llora por amor, por nostalgia, por alegría, por emoción, por arrepentimiento, por reconciliación. Se llora porque el alma quiere gritar que siente, que siente con tanta fuerza que estalla. La tristeza no es el único motivo, y para nada el más importante. Pero llorar por tristeza aún es hermoso, es aliviador, y un calmante natural sin efectos secundarios. No es debilidad, es fortaleza.

   Por eso lloremos, lloremos todos juntos y siempre que podamos. Demostremos que somos libres, audaces, felices, fuertes, nostálgicos y emocionales. Lloremos y demostremos que tenemos vida.

sábado, 31 de mayo de 2014

Carta a papá

Te escribo esta carta para darte las gracias. ¿Por qué? Por no sólo haberme dado la vida, sino también por haberla deseado. Porque sé cuántos chicos no son concebidos con amor y cuántos directamente no son concebidos por la misma causa.
   Pero, necesito saber algo. ¿Por qué nos dejaste? No te das ni una idea de cuánto te necesito. Necesito tus abrazos y tus besos, tus caricias y tus consejos. Necesito que me retes, que me digas qué no debo hacer y también que te enorgullezcas de mí cuando haga las cosas bien. Necesito verte todos los días ir al trabajo y que vuelvas para decirme que me amás. Necesito que me consueles cuando esté triste, cuando llore por un chico o simplemente cuando sienta que algo de mí no está bien. Necesito verte abrazar a mamá y que le digas que la amás mucho, porque no imagino cosa que me llenara más el alma. Necesito todo de vos papi, simplemente el hecho de decir "papi" todos los días, ya me haría feliz.
   Y también otra cosa. ¿Por qué le hiciste tanto daño a mamá? Escucharla llorar todos los días me parte el alma. Y ella llora porque siente que no puede sola con todo, y tiene razón, pero sin embargo lo hace, día a día se esfuerza para darnos incluso lo que a ella no le corresponde dar. A veces me cuenta que siente que fracasó, o también que se siente sola porque no tiene un par de brazos donde dejarse caer, echarse a llorar y olvidarse de todo. La entiendo tanto, papi. Carga con un peso que es totalmente exagerado, mucho más de lo que debería ser. Muchas veces la miro y me pregunto ¿cómo hace? Te juro que no lo entiendo, no me creería nunca capaz de lograr todo lo que ella hizo y sigue haciendo. La mayoría del tiempo no la comprendo y me quejo, me quejo de que a veces no tenga tiempo, o que se ponga nerviosa demasiado rápido, o que no me deje hacer todas las cosas que yo quiero y lo peor de todo es que a veces me quejo de no recibir todas las cosas materiales que otros chicos con mamá y papá reciben. ¿Te das cuenta? Es muy difícil.
   A pesar de todo te amo, te amo con todo mi corazón. No sé por qué lo hiciste, pero te perdono. Tengo que admitir que me hacés tanta falta que me duele, pero lo voy a aceptar, porque es lo que me tocó vivir. Perdón si no fui una razón lo suficientemente buena como para lograr que te quedes a mi lado. Me gustaría poder cambiar las cosas.
   Gracias porque aunque no sea con vos conmigo, me regalaste lo más grande que tengo: la vida. Y te prometo que voy a intentar vivirla lo mejor que pueda.
                                                                                                                                                                Te ama: tu hija.



lunes, 3 de marzo de 2014

¿Cómo hago para expresar este vacío que siento? No encuentro palabras, ni gestos. Solamente tengo ganas de quedarme tirada por ahí con cara neutral y sin moverme hasta morir. Son estos momentos en los que me doy cuenta que no tengo amigos, ni familia, que estoy completamente sola en el mundo. Es horrible que tu cumpleaños sea la fecha menos esperada del año porque no tenés con quién festejarla, y que cuando llega el día te das cuenta de que realmente a nadie le interesa. Estoy cansada de esta vida monótona, rutinaria y aburrida, en donde lo más interesante que me puede pasar es que un amigo me diga que me extraña, cosa que no pasa nunca. 
    Veo las vidas de las otras personas, a la mayoría se las ve felices. Tienen reuniones familiares que llenan la casa, salen con amigos y están constantemente sociabilizando. Personas que si se caen tienen un montón de gente que van a ayudarla a levantarse. Veo cómo crecen en hogares bien constituidos, con padre y madre, donde nunca les falta nada y que si les falta algo, unidos salen adelante. Veo cómo se ponen ansiosos por festejar sus cumpleaños, donde reciben muchísimos regalos, o el día del amigo, donde se juntan con un montón de personas con las que se divierten. Veo cómo tienen padres que los entienden, que son permisivos, que son buenos y tranquilos. Veo todo eso y me pregunto ¿por qué? ¿Por qué a mi no me tocó absolutamente nada de eso? ¿Por qué no puedo tener a mi papá conmigo? ¿Por qué no puedo gozar de una madre que no sea tan autoritaria, que me entienda, que sea mi amiga y que me de paz? ¿Por qué no puedo tener buenos amigos, con los que pueda salir a todos lados, con los que pueda hablar y a los que realmente les importe? ¿Por qué toda mi familia tiene que estar dividida, sin amor, sin reuniones, abrazos o sonrisas? ¿Por qué tantas veces no puedo ni siquiera darme gustos? ¿Por qué tengo que ser la que admira a los demás y no ser admirada? ¿Por qué tengo que proteger a los demás y no sentirme protegida? ¿Cómo amar si no me aman?
    Siempre tengo una sonrisa, pero realmente nadie sabe cuánto sufro no tener nada. Que si me siento mal por algo no poder hablar con nadie a quien realmente le importe y me ayude. Que si estoy por vivir algo importante de mi vida no pueda hablarlo con mis padres. Que si necesito un abrazo sólo encuentro gritos. Que si estoy aburrida no tenga con quién juntarme. Que cada vez que algo me sale bien, al fin y al cabo no sea real.
    Estoy cansada de todo, necesito a alguien. Necesito amor.

jueves, 13 de febrero de 2014

En este preciso momento está sucediendo un hecho histórico en mi vida, rompí mi propio récord, nunca me había sentido peor de lo que me siento ahora. Lo más feo de todo esto es que ni siquiera puedo expresarlo. No estoy muy segura de lo que estoy sintiendo, pero es horrible, creo que es porque no existe todavía un nombre para este sentimiento. Para que te hagas una idea, es lo que sentís cuando vivís con una "realidad" la cual rompen al contarte la verdad, y esa verdad es peor que 10 puñaladas al pecho, es una sensación de agobio, una molestia en la cabeza, algo que no podés dejar de pensar pero te duele cada vez que lo hacés. En estos momentos podría jurar que me dolería mil veces menos una piña en la cara, que todo esto. Estoy siendo torturada por mi imaginación, por mis pensamientos realistas y por mi memoria. Me siento confundida, perdida. Cada tanto me siento decaída, rendida, con pensamientos de que ya todo me chupa un huevo, casi sin ganas de seguir viviendo. Después se me pasa y siento que no es algo que me chupe un huevo para nada. Lloro como una condenada, pero no puedo evitarlo. No entiendo como 3 palabras fueron capaces de dolerme tanto, de derrumbarme, y lo peor es no saber cuándo todo esto se va a terminar. La verdad no puedo esperar que alguien entienda lo que me está pasando, algunos lo verían exagerado, a otros no les importaría, pero nadie al menos que esté en mi lugar va a comprender el dolor que estoy sintiendo. Es como que en parte me alegra saber la verdad y ya no vivir en esa mentira, pero si saber la verdad me cuesta todo esto, creo que preferiría no haberme enterado de nada y seguir con mi vida normal. Definitivamente esto va a cambiar las cosas, mucho. 

sábado, 18 de enero de 2014

Creo que estoy enamorada

Creo que cada parte de mí pide a gritos tu presencia, creo que te gusta pasear por mis pensamientos todo el día, creo que tengo la necesidad de que me necesites tanto como yo te necesito a vos, creo que el tiempo corre diez veces más rápido cuando lo paso con vos y no me alcanza con solamente unas horas, creo que sos la causa de mis insomnios, creo que si no te tengo pierdo el mundo, creo que sos el más capaz en esta tierra de sacarme una sonrisa sincera, creo que estás entre los mejores recuerdos, creo que no puedo estar enojada con vos más de diez minutos, creo que a penas te vas te extraño, creo que te necesito con cada parte de mi ser, creo que te quiero y no importa la razón, creo que me hacés sentir cosas que ni yo misma puedo explicar, creo que me estoy volviendo loca cuando me mirás fijo a los ojos, creo que no hay hombre más hecho para mí que vos, creo que soy la más afortunada del mundo cuando te veo, creo que no existe nadie con quien prefiera pasar mi tiempo, creo que tus defectos son sólo otra de las cosas que te hacen perfecto, creo que encuentro mi hogar en tus brazos, creo que te hiciste cargo de meterte en mi corazón para cubrir las heridas desde adentro, creo que no miento cuando digo que me hacés sentir especial, creo que fuiste capaz de darme más amor del que he recibido nunca, creo que con una palabra me ponés de cabeza el mundo, creo que me ayudás a levantarme cuando caigo, creo en vos, creo que estoy enamorada.

domingo, 27 de octubre de 2013

Pienso

Pienso demasiado y siento que tengo la fuerte necesidad de escribirlo todo. Aunque si yo escribiera todo lo que pienso no alcanzaría una vida para poder leerlo. Creo que la capacidad del razonamiento y la libertad que tenemos para pensar todo el tiempo y todo lo que queramos es lo más maravilloso que existe. Hay veces en las que lo único que deseo es sentarme en un lugar en el que me encuentre completamente sola y pensar, pensar y pensar. Estar conmigo misma muchas veces es hasta mejor que tener una compañía, pero por supuesto que la amo y la valoro mucho, todo a su medida es algo hermoso. Pienso sobre todo lo que hay para pensar. Pienso en mi libertad; pienso e imagino cosas que aunque sé que nunca van a pasar, alimentan todos los deseos y ambiciones que tengo; pienso en mi familia, principalmente en la que no conozco, dónde vivirán, cuáles serán sus nombres y anhelo con todo el corazón conocer sobre todos mis antepasados y sus vidas, quizá alguno fue un héroe, o un escritor o pintor, quizá un soldado muerto en una guerra importante, el creador de algún objeto del que ahora mismo estemos haciendo uso, o también una persona normal, con una vida normal como la mía, aunque creo que todos somos familiares de alguna forma; también pienso en todos los sueños que tengo, si quizá algún día pueda hacerlos realidad; pienso en mi futuro más que nada, con quién me casaré, cómo serán mis hijos y cuántos voy a tener, dónde voy a vivir, o quizá si mi vida se va a acabar antes de que todo eso ocurra. 
     Mi cabeza está llena de tanta cantidad de dudas sobre todas la cosas; tantas preguntas de las que me encantaría saber la respuesta, tantas ganas de conocerlo todo, aunque a veces todo esto me resulta raro, porque quiero conocerlo todo y sin embargo, detesto la escuela y sus obligaciones, aunque quizá no la odiaría tanto si sólo aprendiera y no estuviera atada a tantas obligaciones que si no las cumplo, me retan y castigan. Eso me da otra idea de qué pensar, odio las obligaciones, tal vez estoy haciendo algo que me encanta, pero si me obligan, voy a querer dejar de hacerlo enseguida, aunque supongo que el mundo se mantiene así, todos hacen cosas por obligación y nadie puede disfrutar completamente de hacer todo lo que le guste. A veces también pienso en eso, uno de mis más grandes sueños es poder ir por la vida viajando a todo el mundo, conocer hasta el más chico recoveco de este planeta, pero se ponen en medio esas obligaciones. Si no existiera la plata yo sería más feliz, pero también entiendo que sin ella las cosas se complicarían incluso más de lo que se me complican ahora. Siento que la vida de todos está atada a estar constantemente estudiando y trabajando para poder ganar plata y así poder alimentarse, vestirse y tener donde vivir, pero nadie se preocupa en disfrutar de la cantidad de cosas hermosas que la vida tiene para ofrecernos. Si algún día vamos a morir, ¿por qué no dedicar un poquito de tiempo más en hacer las cosas que nos gustan? Pero bueno, en la vida no todo se puede, y menos con tanto mal, porque, si a ese consejo lo aplica una persona a la que le gusta matar, o robar o hacer sufrir a las personas, no nos viene nada bien. Me gustaría principalmente que todo el mal de la tierra desapareciera, y que supiéramos aprovechar de manera correcta la cantidad de cosas impresionantes que hemos sido capaces de crear. Por suerte sé que al final de esta vida existe la justicia y eso me deja un poco más tranquila, pero por causa de las personas que están empeñadas en hacer el mal, la vida de muchas otras personas inocentes se convierte en un infierno. 
    Otro de mis más grandes sueños es estar completamente sola en el mundo por unas cuantas horas, haciendo lo que quiera, gritando, corriendo, siendo feliz por un momento.
     Hay veces en las que siento que nadie me entiende, aunque sé que a todos nos pasa. Creo que muchas veces soy mi mejor amiga, aunque otras soy mi peor enemiga. A veces me defiendo y otras me delato, a veces hago lo mejor y otras lo peor, a veces soy buena y otras veces soy mala. Pero aún así amo estar conmigo misma, dedicarme ese tiempo para pensar y reflexionar de todo lo que pasa, y de todo lo que me gustaría que pasara.
   Y aunque sea lo más lejano a la perfección que existe, me amo así como soy.

martes, 24 de septiembre de 2013

Engañarme a mi.

No sé cómo descargar este peso que siento que tengo encima, y que se pone más pesado cuando me doy cuenta de que me lo provoqué yo. No estaba segura ni medí lo que hacía. Solo creía que sabía lo que estaba haciendo, que sabía lo que iba a pasar, pero no fue así. Lo más feo de todo esto es que no solo es mi corazón el que está en juego, también hay otro, al que no quiero que le pase nada y mucho menos por mi culpa. Sólo me queda fingir, pero es doloroso saber toda la verdad y tener que ocultarla. Ya no sé qué hacer ni a quién recurrir, quién me pueda dar un consejo útil, una mano amiga, y que no sólo me eche para atrás. Ya estuve en una situación así antes, la que me costó cielo y tierra arreglar, y encima ahora estoy en una peor, lo que significa que voy a tener que dejar que el tiempo arregle todo.
   Me encantaría algún día entender por qué me cuesta tanto aprender de mis errores, darle tiempo al tiempo, tener paciencia. Que horrible es saber que mi peor enemiga soy yo, que a casi todo el mal me lo provoco yo misma. Si aunque sea el mal solo me lo provocara a mi, pero juego con corazones de personas a las que quiero con mi vida, casi como si me gustara estar al borde de herirlos.
   Siento que estuviera atada con cadenas a algo que no quiero, pero que voy a tener que aceptar porque fui yo la que lo permitió. Parece que no pienso muchas de las cosas que hago, y después me arrepiento de la mayoría.
   Estoy constantemente preguntándome "¿qué hago?", "¿qué va a pasar cuando me diga tal y tal cosa? ¿qué respondo?". Realmente no quiero ser infiel a mis sentimientos ni quiero herir a nadie, pero parece que esas dos cosas no se llevan bien, gracias a mi. Lamentablemente, reflexionando lo idiota que soy no arreglo nada. Lo bueno es que el tiempo lo arregla todo, aunque voy a tener que armarme de la paciencia que no tengo y fingir cosas que no son.

Nunca sean como yo.

lunes, 5 de agosto de 2013

¿Felicidad, o no?

A veces me pregunto por qué será que nos importa tanto tenerlo todo en esta vida. Por qué será que buscamos la felicidad en las cosas materiales, en superar a los demás, en ser más bello físicamente. Somos tan avaros y egoístas. Criticamos a quien tiene menos que nosotros y envidiamos a quien tiene más.
   Lo que no entiendo es ¿A qué llegamos con todo esto? ¿Acaso cuando morimos llevamos coronas, trofeos, puestos, belleza y cosas materiales? No, de donde venimos y a donde vamos somos todos iguales, no hay diferencia ni por edad, riqueza, color de piel, estatus social o fama.
   Nos preocupamos tanto por estas cosas, pensando que así vamos a llegar a ser felices. Todos pensamos que la plata, la belleza y la fama nos van a otorgar felicidad, pero no es así. Una vez que tenés todas esas cosas te das cuenta de que a pesar de tenerlo todo, estás vacío, te falta todo.
   Vivir egoístamente es lo que más infeliz te va a hacer. Sentir el placer de vivir pensando en los demás, amarlos tanto como te amás a vos mismo, seríamos todos mucho más felices, gozaríamos mil veces más.
   Muchos confunden la felicidad con el bienestar superficial, cuando esas cosas solo nos pueden traer alegría, por un tiempo no muy prolongado. La verdadera felicidad tiene que ver con el alma, la cual es llenada únicamente haciendo bienes hacia y para los demás.
   ¿Nunca les ha pasado que ven a una persona pobre y han sentido la necesidad de darle plata, o ropa, o comida y lo han hecho? Y si esto les pasó ¿No recuerdan la sensación de gozo que les dió cuando vieron la cara de emoción que puso? ESO es felicidad, única e inigualable felicidad que se siente al hacer algo bueno por otra persona y no por uno mismo por primera vez.
    ¿No te parece que ya que tenés suficiente como para existir alegremente, es hora de preocuparte un poco más por quienes te rodean? Así como a vos, a mi, y a todos nos encanta y nos alegra mucho que se preocupen por nosotros, aún mejor es preocuparse por los demás.
    Quizá es difícil a veces, pero poco a poco te vas dando cuenta que el protagonista de tu vida no sos solamente vos.
    La gente busca la solución al hambre, la corrupción, las guerras y la inseguridad en cosas que nunca van a darles respuesta, cuando la verdadera solución está en el sencillo acto de poner a los demás por encima de uno mismo, con humildad y amor, todo esto se acabaría en tan poco tiempo, que nadie podría creerlo.

                                                               AMOR SOBRE TODAS LAS COSAS
 

sábado, 3 de agosto de 2013

Fuiste sos y serás mi más linda casualidad.

Siempre me dicen que tengo que olvidarme de todo. Que tengo que olvidarme de que alguna vez tus besos, tus abrazos y tus caricias fueron mi pertenencia. Olvidarme que eramos causas de nuestra felicidad, de nuestras sonrisas, causas de nuestras emociones, causas de nuestras tristezas, celos y confusiones. Olvidarme de que alguna vez, estuve como intrusa en tu mente varias veces al día. Y ¿cómo olvidarte? Si me enseñaste a volar sin despegar un pie de la tierra. Y justo ahí está el problema. Pero no interesa, no creo que olvidar sea la solución, no con todo el bien que me has hecho en esos pequeños enormes momentos que pasamos juntos. Sólo sonrisas me traen tus recuerdos, así que ¿por qué hacerlo? No quiero privarme de ese gustito al amor que me quedó en el alma desde que te conocí. Y no te voy a odiar ni aún por orgullo, no después de haberme hecho amar, soñar, despertar y seguir soñando. Pero nunca nadie me advirtió que enamorarse podía costarme todo esto.
   Estoy presa de tener que fingir que todo está bien, que nada de todo esto me duele, a no poder gritar que me molesta el hecho de que estés con otras chicas. Estoy presa en el saber que ya no te importo, cuando soy como una luna que gira constantemente al rededor tuyo.
   Sos la única persona que es capaz de hacerme poner loca, sentir que perdí la cabeza. Y sos la más linda droga para mi alma, pero a la vez, la más venenosa y horrible. Eras tan capaz de hacerme sentir completa, que no me faltaba nada, porque con vos lo tenía todo. Y también, sos de esas personas que dejan una huella intachable en cualquier corazón que sea afortunado de conocerla, porque sos el dueño de la sonrisa más dulce de la tierra.
   Me enamoré como cualquier idiota lo hace, sin medir nada, sin ver las consecuencias. Fue error mío, lo acepto, y ahora me toca a mí solucionarlo, pero cuesta y mucho.
   Lo que más me duele no es que ya no me quieras en tu vida, lo que más me duele es no poder no quererte a vos en la mía. Ahora solamente me queda tu recuerdo y nada más, voy a intentar conformarme con eso. Solo espero que dejes de aparecer en mi cabeza constantemente, como si te encantara torturarme con esa sonrisa, con esa mirada.
   Gracias a pesar de todo por haber entrado a mi vida, y por un tiempo, aunque no fuera mucho, hacerme tocar el cielo con las manos. No soy la mejor en nada, pero sí soy la mejor en quererte más que nadie.

                                                                                           Eternamente tuya.





viernes, 5 de julio de 2013

"A veces no te sientes suficientemente buena, suficientemente fuerte. A veces te toca llorar sola, porque nadie puede entenderte"


El que esté libre de pecado, arroje la primera piedra

Es muy gracioso e irónico, ¿no? Las personas creen tener derecho a meterse en vidas ajenas, molestándose después cuando les hacen lo mismo a ellos. También pasa que, cuando cometen un error, se convencen a sí mismos de que no está tan mal, y creen tener todo el derecho del mundo de ser perdonados, dicen que son humanos y los pueden cometer; y está bien, es cierto, todos somos humanos, todos cometemos errores. El problema está en que cuando uno comete un error, esas mismas personas que llenaron sus bocas con palabreríos y exigieron ser perdonados, no aceptan perdonarte a vos, no aceptan el hecho de que todos cometemos errores, no aceptan que ellos no son perfectos y que estuvieron en tu mismo lugar alguna vez. Lo que pasa es que la frase "no le hagas a los demás lo que no te gustaría que te hagan a tí" está totalmente desvalorada, todos la meten en sus bocas cuando la necesitan en defensa, pero cuando son ellos los que le hacen un mal a los demás chau frase, chau significado, chau caridad y respeto hacia los demás.
   Si tan sólo todos entendiéramos que nadie es perfecto, pero que ya eso nos hace iguales; que tenemos los mismos derechos, los mismos sentimientos, que nos duelen las mismas cosas y también sufrimos igual. Si tan sólo entendiéramos que con simples hechos o palabras que nos parecen estúpidos, que sólo es una broma y no le hago daño a nadie, podemos llegar al punto de herir a una persona tan profundo, que ésta decida hasta, en el más extremo caso, terminar totalmente con su vida.
    El humano tiene una falla muy grande, y es que su felicidad depende de todos los demás. Ni siquiera pensamos que las personas son muy crueles y que si nuestra felicidad depende de ellos NUNCA vamos a ser felices. Tenemos que empezar a pensar que hay más de siete mil millones de personas en el mundo, y no podemos dejar que por unas pocas (QUE NO LO VALEN) se arruine nuestro día, nuestro mes, nuestro año, quizá hasta nuestra vida.
    Si una persona te odia, sonreíle y demostrale que no importa cuánto mal te desee, ni cuán mal hable de vos, nunca te vas a rebajar a su nivel. Si una persona goza con molestarte y burlarse de vos, sonreíle, reíte con él, demostrale que no te importa lo que opine de vos, que te amas tal y como sos y nada lo va a cambiar. Si cometiste un error, y querés que te perdonen, entonces vos también perdoná al que cometa un error, no importa que tan grande sea, porque TODOS SOMOS IGUALES, todos cometemos errores, nadie en este mundo nunca va a ser perfecto. Y por último, lo más importante es que nunca juzgues a nadie, porque nadie es quién para juzgar a otra persona.

AMOR SOBRE TODAS LAS COSAS.