Mi luz se está apagando, yo sé. De a poco mi nombre se borra y estoy dejando de saber quién soy. Ya no tengo paciencia, ya no tolero nada, todo me hace sufrir. Lo poco de optimismo que me queda es tan escaso que tengo que racionarlo para no estallar. Como si fueran las últimas gotas de agua y después, después no sé.
Jamás nunca pensé que llegaría a sentirme así, y eso que tantas veces que estuve triste por pavadas creí que estaba sufriendo de verdad. Ahora sé que el verdadero sufrimiento es el que te controla, no te deja vivir, te cambia, te mata de a poco. Y es que creemos que los peligros son externos pero ¿qué pasa cuando lo que te está matando está adentro? Y no dentro de nuestro cuerpo, sino de nuestra mente.
Sé que siempre hay más cosas para agradecer de las que hay para lamentar, pero a mí se me hace imposible contarlas. Las malas tienen la voz más fuerte, y me gritan, me sacuden y me torturan. Eso me pone peor, no ser capaz de agradecer lo que tengo, que literalmente ya nada en mi vida me cause algo de placer o de felicidad. Lo último que me estaba quedando era el amor de mi novio, pero eso también de a poco va dejándome de importar.
A veces maldigo la hora en la que supe, o me hicieron creer, que el suicidio es una condena eterna, sin objeciones; porque eso me detiene y realmente deseo dejar de sufrir, no importa cómo. Deseo la paz, con todo lo que me queda del alma, pero no tengo la fuerza para buscarla por mis propios medios. No puedo hacer tregua conmigo.
Me hacen culpable, todo el tiempo, de estar así; de no conseguir estar bien y que ya hasta me esté costando fingir estarlo, cuando eso siempre me salió bien. Y si mi familia no tiene por qué soportar mi depresión, y tampoco piensan ayudarme, entonces ¿qué me queda? Solamente me queda desaparecer y a ver si así les hago el favor de sacarles mi peso de encima. Espero que si algún día mi mamá lee esto, sepa que me hirió hasta lo más profundo de mi corazón, poniéndose en el lugar de víctima siempre, incluso cuando yo realmente necesitaba estarlo.
No sé qué más decir, necesito descargar todo esto de alguna forma. No sé qué va a ser de mi este año que se acerca. Le tengo miedo, como si fuera un monstruo. Siento que me va a destruír, y se va a llevar lo poco que queda de mí.
Deseo acordarme de quién soy. De qué era antes de que algo tomara mi lugar y comenzara a destruír todo al rededor. Necesito encontrarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario