Me he estado dando cuenta la necesidad que tiene el mundo de que exista lo malo. Sí, porque sin lo malo, lo bueno no existiría tampoco. Leí una vez "la oscuridad no es más que la ausencia de la luz", pero en este caso es al revés, lo bueno no es más que la ausencia de lo malo.
Puede sonar un poco tétrico o descabellado, tal vez, pero es así. ¿Estaríamos en lo más alto de la montaña rusa si no hubiera bajadas? Nos levantamos porque nos hemos caído. Sin los brutos no existirían los inteligentes, sin los olores feos no existirían los perfumes, sin la violencia no existiría la paz.
Sé que vivimos en un mundo donde se busca exterminar lo malo. Y también que poder decidir qué es bueno y qué es malo es una cuestión muy difícil de analizar. Desde mi punto de vista es imposible diferenciar todo y que estemos de acuerdo. Es que es algo completamente dependiente de la religión, la cultura y la crianza. Todos pensamos diferente y por lo tanto no se puede saber con claridad qué es lo que está mal y bien.
Por eso, por mi parte, cada vez que pienso en esto logro disfrutar de todo lo malo que me pase, aunque sea en pequeña medida. Porque me preparo para lo hermoso que va a ser estar en lo alto de la montaña, y sé que cuanto más abajo esté, más subida va a haber.
Hay muchísima gente que piensa que vive en lo más profundo y que nunca logra subir, pero no, no es así. La vida es un constante sube y baja, siempre. Estar arriba no si o si significa ganar la lotería, tener un gran trabajo, una hermosa familia o muchos amigos. Yo me considero en lo más alto de mi montaña cuando veo a la gente que quiero sonreír, cuando me pongo a pensar en todo lo que tengo y me deja de importar lo que no, cuando aprendo cosas nuevas y cómo no, cuando hago reír a alguien. Cada cosa tiene el valor que nosotros le ponemos. Somos dueños de la decisión de ser felices o no, ni el pasado, ni las personas, ni el estatus social, NADA, puede decidir por nosotros qué tan felices vamos a ser.
Cuando era chiquita me gustaba lastimarme o enfermarme, porque cuando me curaba el placer que sentía era enorme. A veces hay que agradecer no pasar por muchos momentos buenos. Yo creo que la gente que peor lo ha pasado es la más agradecida y la que más disfruta las cosas realmente buenas de la vida.
Podría estar horas y horas escribiendo sobre esto, pero sólo tengo una cosa para recordarme todos los días, y que espero nunca me olvide: sin la oscuridad no podríamos ver las estrellas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario