Desde que tengo memoria tengo este problema. Lo que me dicen que debo hacer y más cuando es bajo presión me inmoviliza, me intimida. No soy capaz de concentrarme aunque quisiera, y mi memoria es cada vez peor a medida que pasa el tiempo. Cuando estoy haciendo algo pierdo la noción completamente y después algo malo pasa por no recordar nada. Dejo todo para el último momento por tratar de evadir cualquier responsabilidad y cualquier cosa que requiera mi concentración y esfuerzo. Y aunque pareciera que todo esto me pasa por mi culpa, porque yo lo quiero, no es así. Realmente lo odio, odio todo esto que me pasa, porque siento que estoy en una cárcel dentro de mi cabeza y que estoy arruinando mi futuro de a poco.
A la gente nunca le cayó bien mi forma de ser, y con justa razón, porque no logro ser como ellos. Porque a mi no me sale ser responsable ni me va bien en los estudios. Porque las cosas no permanecen en mi mente por casi nada de tiempo y pierdo todo. Les hago daño, igual que a mí. Y no me entienden, no pueden, no lo intentan. Me juzgan, me señalan, me crucifican. No tengo lo que se necesita para sobrevivir en este mundo. No soy capaz de estudiar y sin estudio me enseñaron que no sos nadie, que vales menos como persona. Ni siquiera sé si puedo trabajar, porque le tengo mucho miedo a las responsabilidades. Y eso me conduce a otros miedos, como el de no poder ser una buena madre en el futuro por culpa de todo esto, y arruinar mi mayor sueño.
Me siento tan sola y tan desamparada. Ni si quiera mi propia mamá me entiende. Ella dice que todo lo invento y que en realidad todos mis problemas yo misma los busco. Dice que quiere ayudarme pero desde que tengo memoria lo único que hace es hundirme, con sus palabras hirientes, con su forma de pensar errada, con su falta de atención hacia mis sentimientos, emociones o lo que pasa por mi cabeza. Mi hermana también me culpa, y se enoja, odia eso de mí. Ella hace todo bien. Siempre hizo todo mejor que yo. Estoy muy contenta por ella, pero ni siquiera sabe lo que es estar en este lugar del juego. Tampoco lo intenta, como todos. Mis amigos se me alejan, porque yo los alejo. No soportan que me cuelgue tanto, pero no tienen idea. En la escuela se burlaban de mi constantemente, me culpaban de cosas que no había hecho y me hirieron hasta lo más profundo con sus palabras y sus formas de tratarme. Todos ellos me hacen sentir menos. Menos persona, menos humana, menos valiosa, menos importante o merecedora.
Si tuviera que definirme con una palabra sería caos. Porque eso siento que soy. La personificación del desorden y la confusión. La desgracia hecha humana. Y a donde quiera que voy produzco eso, un caos. Siempre es peligroso que alguien se relacione conmigo, siempre lo fue.
No sé qué se hace en esta situación. Si nadie es capaz de ayudarme porque ni siquiera se me ocurre una solución posible. Saber que jamás voy a poder hacer ni lograr lo que los demás si pueden. Que jamás voy a poder tener una meta y cumplirla, sin quedarme a mitad del camino (con mucha suerte). No aportando nada al mundo y simplemente siendo un estorbo, un ser que respira y consume pero no produce nada, inútil. Si no fuera tan cobarde terminaría con mi vida, pero una chispita de esperanza todavía me mantiene en pie.
Hermoso volver a pasar por acá. Saludos.
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